lunes, 5 de diciembre de 2011
lunes, 28 de noviembre de 2011
Los felices años 20
La verdad es que, a pesar de haber pasado más de diez años desde el final de la Primera Guerra Mundial, el mundo parecía hallarse en el mejor de sus momentos. El crecimiento de la meca del cine no fue una de las únicas secuelas ya que hay que hablar de otras muy diversas que reflejaban los efectos más sorprendentes de la posguerra. Entre dichas consecuencias destaca la progresiva pero lenta desaparición de las diferencias sociales, el triunfo de las democracias (a pesar del auge de las dictaduras). La política y la economía social también se ven inmersas en esta ola de acontecimientos y aspectos tan determinantes para la sociedad actual como es el sufragio universal, el acceso al empleo, los avances técnicos…se convirtieron en una inquebrantable realidad.
Hemos querido destacar los ejemplos más significativos a pesar de que el fenómeno se propagase por todo el planeta.
Con respecto a la política exterior, la normalidad se tradujo en una menor presencia internacional y no un decidido repliegue aislacionista.
En el momento en que la inversión crecía, el empleo aumentaba y el bienestar se popularizaba, la Bolsa de Nueva York sufre una de las quiebras más importantes de su Historia sumiendo a todo el planeta en el crack del 29.
A partir de octubre de 1929, el crack económico nos muestra como a pesar de la relativa normalidad alcanzada por los más conservadores en EEUU y en el resto del mundo aún persistía la miseria, el desempleo y la carestía de recursos básicos mostró la cara más oculta del desastre.
A partir de octubre de 1929, el crack económico nos muestra como a pesar de la relativa normalidad alcanzada por los más conservadores en EEUU y en el resto del mundo aún persistía la miseria, el desempleo y la carestía de recursos básicos mostró la cara más oculta del desastre.
Los estadounidenses no fueron los únicos en padecer la dramática influencia de dicha catástrofe sino que en distintos lugares del planeta con economías tan prometedoras como es el caso de Argentina o Brasil se sufrió la calamitosa crisis para luego sumergirse en la tan ansiada recuperación. Lo peor de todo es quizás que no resultaron únicamente efectos económicos tras la crisis sino también socio-políticos ya que, como se dice popularmente, de la noche a la mañana la clase media vio como desaparecía para formar parte del proletariado. Se afianzaban las desconfianzas hacia los sistemas liberales y en muchos lugares soluciones totalitarias cobraban protagonismo debido a la capacidad de proveer de los recursos más básicos al ciudadano.
Como hemos comentado alrededor de todo el mundo se aplicaron una serie de reformas con el fin de reconstruir la normalidad.
Como hemos comentado alrededor de todo el mundo se aplicaron una serie de reformas con el fin de reconstruir la normalidad.
En España, tras la guerra también se intentó dar una oportunidad a la República pero, tras establecer la I República, la falta de auténticos republicanos aventuró un golpe de estado de corte militar que sumiría a los primeros años veinte en un periodo dictatorial y anticonstitucional. Primo de Rivera sería el encargado de liderar un sistema de gobierno de partido único, con un estado corporativo, con una sociedad justa a la que se llegaría debido a la armonía de la relación patrono-obrero, en un intento por lograr el bienestar de las clases obreras a través del entendimiento entre ambas partes mediante los comités paritarios; en afianzar el militarismo como fórmula de gobierno para la administración del país y, en último lugar, en el favorecimiento de las élites como clase dirigente.
Los felices años veinte se traducían en el aprovechamiento de la bonanza económica que sufría el mundo en este periodo son los años de la llegada de la democracia. Antes de la caída de la dictadura de Primo de Rivera y que se adoptara la fórmula democrática denominada como ”la II República”, asuntos como el eterno tema de Marruecos, el regionalismo catalán…no impidieron que mejorasen la red de carreteras y ferroviarias, que se creasen confederaciones hidrográficas con el objetivo de realizar un mayor aprovechamiento del agua de la energía eléctrica, que surgiese el Banco de España o que triunfasen los monopolios amparados en la política proteccionista (por ejemplo Telefónica). En 1929 la política económica dirigía su mirada hacia el exterior y pronto vemos como se impulsa el turismo y se potencias el comercio exterior, en definitiva, reproduciendo las palabras de grandes historiadores, España pasó de las crisis más profundas a la euforia económica.
Lo cierto es que la democracia se estabilizó en los años veinte en muchos otros países europeos como es el ejemplo de Suecia, Noruega y Dinamarca, países que hasta la fecha habían estado regidos por monarquías constitucionales sólidamente institucionalizadas, las cuales habían llegado a mantener su neutralidad durante la I Guerra Mundial y que, al término de la misma, sabrían aprovechar el impulso democrático introduciendo el sufragio universal masculino y femenino.
La tónica preponderante de estos felices años veinte es la del despegue y recuperación económica, política y social en distintos puntos del globo terráqueo; puntos incluso tan castigados por la guerra como Alemania. El periodo ya mencionado promovió medidas democratizadoras y una estabilización en el sistema de gobierno amparado en la República de Weimar. La característica más destacada de dicha región la encontramos en la creciente influencia del partido nazi que, aún sufriendo el fracaso del “putsch” de 1923, pareció sobrevivir y recortar distancias hasta alcanzar el poder en los años 30.
La tónica preponderante de estos felices años veinte es la del despegue y recuperación económica, política y social en distintos puntos del globo terráqueo; puntos incluso tan castigados por la guerra como Alemania. El periodo ya mencionado promovió medidas democratizadoras y una estabilización en el sistema de gobierno amparado en la República de Weimar. La característica más destacada de dicha región la encontramos en la creciente influencia del partido nazi que, aún sufriendo el fracaso del “putsch” de 1923, pareció sobrevivir y recortar distancias hasta alcanzar el poder en los años 30.
El último análisis se lo dedicamos a Rusia; en estos años 20 a los que hemos dedicados estas líneas, se produce el nacimiento de la URSS. Una nación de corte socialista en manos de comunistas que intentan obtener el equilibrio social, político y económico tras sufrir (1922) una revolución. Los políticos alardeaban de convertir a esta dinosauria región en una de las potencias más importantes y más individualistas de entonces y nos dudaron mostrar un enorme recelo a la Sociedad de Naciones. El hecho de que la URSS y sus gobernantes, convencidos del potencial del comunismo, apostaran por alejamiento de los países de occidente no era más que la consecuencia del mal recibimiento y por lo mal visto que era dicha forma de pensamiento para el resto de las potencias.
Stalin se había proclamado líder de la Unión Soviética y una vez investido con dicho cargo no paró de poner en marcha una y otra medida que, ajenos de la buena racha que parecía sufrir beuna parte del resto del mundo, paliase (por ejemplo) el descenso de la productividad. Así vemos el abandono de la NEP o la Nueva Política Económica y, a principios de 1929, la adopción de un programa de colectivización acelerada en la que se hacía frente a los kulaks (campesinos propietarios) de tal forma que se accediese a sus propiedades y se pudiese iniciar el que fuera uno de los procesos más exitosos de la Historia de Rusia, el proceso de industrialización desarrollado durante la década de los 30, llegando a alzar a la tan atrasada URSS al nivel de otras grandes potencias industriales.
Stalin se había proclamado líder de la Unión Soviética y una vez investido con dicho cargo no paró de poner en marcha una y otra medida que, ajenos de la buena racha que parecía sufrir beuna parte del resto del mundo, paliase (por ejemplo) el descenso de la productividad. Así vemos el abandono de la NEP o la Nueva Política Económica y, a principios de 1929, la adopción de un programa de colectivización acelerada en la que se hacía frente a los kulaks (campesinos propietarios) de tal forma que se accediese a sus propiedades y se pudiese iniciar el que fuera uno de los procesos más exitosos de la Historia de Rusia, el proceso de industrialización desarrollado durante la década de los 30, llegando a alzar a la tan atrasada URSS al nivel de otras grandes potencias industriales.
Comentario de texto
El Tratado de Versalles, firmado con Alemania
Cláusulas territoriales |
|
Cláusulas militares |
|
Reparaciones de guerra |
|
Otras cláusulas |
|
Suscribirse a:
Entradas (Atom)